La cirrosis es una grave enfermedad del hígado. La dieta es uno de los principales instrumentos para prevenir o revertir en alguna medida los efectos de la cirrosis hepática.
Dado que las deficiencias nutricionales son comunes en pacientes con cirrosis, es importante elegir alimentos saludables que nos proporcionen los nutrientes adecuados para combatir la cirrosis.
Alimentos y nutrientes que combaten la cirrosis hepática
Se recomienda comer mucha proteína de origen vegetal. La ingesta recomendada de proteínas diarias para pacientes con cirrosis hepática es de 1,2 gramos por kilo de peso corporal. Los investigadores han descubierto que la proteína vegetal de los alimentos como la soja, los guisantes y las legumbres son útiles para los pacientes que desarrollan la encefalopatía hepática, una especie de confusión mental como resultado de complicaciones.
Los carbohidratos son esenciales para pacientes con cirrosis debido a la fatiga que resulta de la enfermedad. Las grasas poliinsaturadas del pescado azul, aceite de maíz y aceite de cártamo también pueden proporcionar las calorías necesarias sin sobrecargar el hígado. Un consumo diario de 2.000 a 3.000 calorías puede ser necesario si el paciente ha perdido mucho peso debido a la cirrosis hepática.
La vitamina C es una vitamina antioxidante y puede estimular el sistema inmunológico. La mejor vitamina C para pacientes con cirrosis es la que proviene de las frutas, como los cítricos, y otras verduras.
Vitaminas y minerales. Dado que los pacientes con cirrosis hepática suelen presentar deficiencias de vitaminas y minerales, es importante tomar alimentos como los cereales enriquecidos, pan, patatas, pasta y legumbres para reponer vitaminas del complejo B y otros minerales. Las frutas y verduras son fuentes confiables de casi todas las vitaminas y minerales.
Por supesto, siempre es beneficioso beber mucha agua o líquidos.
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