DIETA DE LA ZONA: VENTAJAS Y DESVENTAJAS

Teoría de la Dieta de la Zona
La dieta de la zona es una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos, con un plan de alimentación que controla el consumo de grasas. No es tan restrictiva como otras dietas altas en proteínas y permite que se consuman una amplia gama de alimentos. Una pequeña cantidad de proteínas se combina con el doble de hidratos de carbono "favorables", incluyendo frutas y verduras. Si eligen los hidratos de carbono "menos deseables", el tamaño de la porción es más pequeña. 

La dieta de la zona se basa en la teoría de que el cuerpo humano está genéticamente programado para llegar a su máxima eficiencia cuando todos los alimentos, incluyendo a los snacks, consisten en una proporción conjunta de calorías, hidratos de carbono, proteínas y grasas. La dieta recomienda un consumo de un 40% de calorías provenientes de carbohidratos, 30% de proteínas, y 30% de las grasas (40-30-30). Cuando esta relación se logra, el cuerpo está trabajando en la que se denomina "zona". El organismo obtendrá la máxima energía y al mismo tiempo la pérdida de peso.

Ventajas de la dieta de la zona
La dieta de la zona promueve una alimentación balanceada de cada nutriente, sin restringir severamente las calorías. La proteína aumenta la sensación de plenitud, lo que le ayuda a evitar comer entre comidas; y hay una guía para el tipo de grasa que se puede consumir. Se anima a tomar grasas saludables en lugar de las grasas saturadas y trans. La restricción de calorías ayudará a perder peso.
Desventajas de la dieta de la zona
Las afirmaciones que hace la dieta de la zona sobre las consecuencias sanitarias de los carbohidratos y las proteínas son controvertidas. Al igual que con otras dietas de moda, uno de los nutrientes se nos presenta cómo el enemigo (los hidratos de carbono), mientras que las proteínas se las hace ver como la clave para bajar de peso y mejorar la salud.

La dieta de la zona, como la mayoría de las dietas que están en contra de los hidratos de carbono, utilizan el argumento de que se consumen menos grasas e hidratos de carbono de lo que se consumían hace 10 años, y que la obesidad está en aumento; esto es realmente una verdad a medias. Consumimos más hidratos de carbono, lo que significa que consumimos más calorías. Nuestro consumo de grasas se mantiene por encima de las recomendaciones, pero el porcentaje del total de calorías provenientes de la grasa se ha reducido porque ahora estamos consumiendo más calorías.

Una vez más, la investigación muestra claramente que el equilibrio de cada uno de estos nutrientes es lo que se necesita, y que un exceso o una deficiencia en cualquiera de ellos puede causar problemas de salud. Esta dieta puede ser difícil de seguir a largo plazo, por lo que la recuperación posterior del peso puede ser un problema.

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